Llamada a la justicia

20.10.2017

Si la sangre fluye al igual que el agua, señor, entonces ¿para qué vivimos?

Si la vida vale tan poco como una hogaza de pan, entonces, ¿para qué existimos? Si tan solo pudiéramos sentir las desgracias de los demás entonces seguro que no podríamos abandonar a la gente en una frontera, ni los dejariamos pudrirse en las esquinas de las ciudades.

Tn solo vemos, pero no observamos lo que tenemos delante, y, si ni siquiera vemos eso, cómo podríamos siquiera ver la miseria que hay al otro lado del mundo.

No tenemos derecho a sentirnos mal por estas personas. Yo no tengo derecho a sentirme mal por ellos, ya que nunca he sentido sus carencias, y espero, con este pensamiento egoísta, y espero nunca tener que vivir eso, espero que nadie tenga que volverlo a vivir jamás.

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