Querida alma

Querida alma:

Me siento raro escribiendo una carta a algo que no tiene unas manos que cogerla ni unos ojos que leerla, pero por que puedas comprender lo que yo siento me basta.

Llevo ya unas cuantas noches pensando mientras miro a la luna, perdón si suena muy meloso, pensando en cómo están las cosas después de que dejaste de ser un cuerpo para convertirte en una alma que vaga por el mundo sin ningún lugar en específico. Me gustaría pensar que llegaras a leer esta carta algún día, quizá te la lleve yo cuando vaya donde estas tu ahora mismo, cuando me llegue el momento.

Más que nada me gustaría comenzar diciéndote lo mucho que te extraño, me gustaría que volvieras a estar aquí, junto a mi. Podría buscar mas sinónimos para decírtelo pero no creo que te quedara tan claro si no te lo hubiera dicho de forma tan directa. Quizás te extrañe que te diga esto ahora, después de que ya no estés aquí, pero te quiero, supongo que mientras estabas aquí me daba demasiado miedo como para decírtelo, a pesar de que tu siempre me lo decías a mi, siempre que podías, me hacías sentir el hombre mas feliz del mundo.

Ahora que estoy releyendo lo que acabo de escribir me siento un poco avergonzado, pero mi norma ética es nunca arrepentirse de lo que haces, así que se quedara ahí escrito, esperando a que tu lo veas y puedas deleitarte con las palabras que nunca te pude decir en vida; eso es algo de lo que debería estar avergonzado.

No voy a decir que no he pensado nunca en decirte, todas las noches, cada vez que te veía por las noches durmiendo a mi lado. Había veces en las que no podía apartar los ojos de tu cara, y podía pasarme horas viendo cómo el flequillo te tapaba los ojos, y yo lentamente lo retiraba para poder seguir apreciando tu cara.

Supongo que no puedo seguir culpándome por lo que ha pasado, por todo lo que ha pasado, tu eras mi pareja para toda la vida, no hacía falta que tuviéramos que tomar ningún voto para toda la eternidad, yo era tuyo y tu eras mio, eso no podría cambiarlo nadie.

Supongo que lo único que puedes hacer ahora es esperar a que yo vaya a por ti, así que cuando lo haga te pediré que me recibas con un abrazo, y por fin podré decirte todo lo que nunca te dije cuando estabas a mi lado.

Te dire cuanto te quiero.